lunes, octubre 30, 2006

Recapitulando

Después de tanto cambio de blog, de tanto problema técnico y de tanto terremoto sentimental, creo que ha llegado el momento de que encienda una barrita de incienso importado de la India y con fondo la música de R.E.M (ahora mismo suena Losing my religion), ordene un poco mi vida y haga un breve resumen de la misma para encontrarme de nuevo porque tengo la impresión de que me he abandonado en algún aeropuerto con la tarjeta de embarque de la mano.

En primer lugar, empezaré por el aspecto profesional. Por un lado, estoy pensando muy seriamente en cambiarme de puesto de trabajo, sin abandonar la Fortaleza todavía, porque aunque empiezo a oir los tambores lejanos que anuncian que algún día tendré que marcharme, aun siento que es demasiado pronto. Todos los días trato de forma directa con el público en su mayoría de origen magrebí (a diario oigo más el tamazight, del que he aprendido ya unas pocas palabras, que el castellano), y aunque me ha enseñado mucho sobre las personas, como leer los ojos y comprender el relativismo de la cultura y las constumbres, por otro lado estoy como se dice comúnmente quemado. Algunos días siento que me falta motivación e ilusión y noto como poco a poco me voy convirtiendo en un engranaje insensible que gira y gira esperando que le llegue la nómina a fin de mes. Tengo la impresión de que mi trabajo no sirve para nada (siempre son los mismos problemas con distinta cara y distinto número de expediente) y que pende sobre mí la espada samurai de las exigencias, dispuesta a finalizar el seppuku, en cuanto baje el ritmo. Además estoy un poco harto de firmar autógrafos en escritos con nombres que no me dicen nada, de que me conozcan por ahí y me saluden continuamente, y me pregunten qué tal va lo mío (sin que yo tenga ni idea de qué es lo suyo), cuando mi mayor ansia en la vida es pasar desapercibido, confundiéndome con las sombras de la nada, algo ya dificil en una ciudad como la Fortaleza, pero donde la mayor parte de la población musulmana sabe mi nombre, mi estado civil y cual es mi ciudad de origen. Mis compañeros intentan convencerme con la idea de los caramelos (para entenderlo se tiene que cambiar los caramelos por puntos para promocionar), si donde estoy me dan cinco caramelos y donde me quiero ir me dan un caramelo, no entienden porqué prefiero el caramelo.

Por otro lado, tengo la necesidad de promocionar, porque, aparte de todas las ventajas que me supondría, sé que es una vía rápida para volver a la Península, llevando el mismo ritmo de vida que llevo en el Norte de África. Me he puesto a estudiar de nuevo, después de tres años sin tocar los libros y de momento lo estoy haciendo poco a poco, pero con ganas.

En segundo lugar, está el aspecto financiero. Aunque tengo liquidez suficiente, estoy perdido en un marasmo de hipotecas, pagos a plazos de los muebles de mi casa y tarjetas de crédito, que vencen en periodos desiguales, y no sé realmente el dinero que tengo. Tengo que actualizar continuamente la libreta para no perderme entre los números. Espero que cuando llegue la paga de diciembre, mis cuentas se asienten, siempre y cuando no me declaren antes pródigo.

En tercer lugar, está mi aspecto sentimental. Estoy enamorado perdidamente, como un ciego ante una película de cine mudo, que sólo oye la música de jazz de un pianista que se esconde detrás de una cortina, pero que le gusta, porque su imaginación le trasmite que está ocurriendo algo maravilloso. Dentro de poco me iré de viaje con ella, porque, aunque sólo está a hora y media de avión y unas cuantas paradas de metro de distancia, las llamadas de teléfonos, los sms y los mails, no me llenan tanto como al principio, y necesito continuamente convertirla en realidad.

En cuarto lugar, tengo planeados dos viajes a la península, uno para principios del mes de noviembre (con mi Hayat), coincidiendo con mi cumpleaños y otro para diciembre, cuya vuelta me coincide con el día de Nochebuena. Será la primera Nochebuena que pase lejos de mi familia, la primera que me diré, en fin, Oren, aquí estamos, así que Feliz Navidad.

Este año ha sido más movido que el tipo de interés de una hipoteca variable. Si cuento las horas que he pasado en el avión, seguro que he pasado más de un día a diez mil pies de altura. Tampoco estoy seguro de recordar todas las camas donde he dormido (dos en la Fortaleza, una en la ciudad de origen, dos en la Isla, una en Granada, seis de mis viajes por Marruecos y una en Madrid, por ahora). Pero es éso lo que yo he elegido, ser un nómada que piensa que la alambrada es sólo un trozo de metal y cuyo hogar es el rincón donde estoy en ese momento, sentirme de todas las partes y saber que no soy de ninguna, y eso que quiero pensar que todavía estoy empezando, porque lo único que deseo es sellar mi memoria con todos y cada uno de mis sueños.

sábado, octubre 28, 2006

Problemas técnicos

Existen dos posibilidades:

a) O han sido los duendes

b) O han sido las brujas

El caso es que, por problemas técnicos, me he visto obligado a borrar todos los post anteriores, para poder publicar de nuevo.