martes, julio 31, 2007

El madurito interesante

Hayati, ya vuelas este viernes por la tarde a la Fortaleza. Es la segunda vez que vienes. La mayoría de mis amigos están de vacaciones. Son casi todos de fuera, por lo que vamos a estar en la intimidad. El madurito interesante, como tú lo bautizaste, se queda. Iremos a recogerte al aeropuerto con la banda de tambores y cornetas del Rif. La última vez no fueron, porque tenían un compromiso familiar ineludible, pero ese viernes, ya verás como no fallan. Además me ha dicho que nos invita a cenar a su casa. Ya sabes que tiene aire acondicionado.

Aprovechando que estás aquí, tenemos que buscarle novia al madurito interesante. Buena persona. Muy divertido. Le he oido los mismas gracias muchas veces (tres años en la Fortaleza juntos dan para mucho), pero me sigo riendo un montón con ellas. Es su forma de contarlas. Abre mucho las vocales por su acento andaluz. Dice que es feo (no se lo cree ni él) pero muy limpio (tiene en casa diez clases distintas de detergente) y que en este mundo tan moderno se han perdido los valores.

De él partió la inicitiva de montar la Comisión para buscar novia al Tigre y fue quien se inventó los tres requisitos sine quae non:

1º.- La declaración de la renta. No quería que ninguna lagartona pescara al Tigre por dinero.

2º.- Certificado médico de los últimos cinco años. No fuera que al pobre le contagiaran una enfernedad venérea.

3º.- La última, pero no menos importante. Darle un paseo por la puerta de la Legión y si la silban o saludan los legionarios, ya deja de interesarnos.

La Comisión fue un auténtico fracaso. Somos un poco golfos, un poco egoístas y un poco malos amigos y si veíamos alguna candidata que parecía idónea, nos quedábamos antes con ella.

Tenemos, Hayati, que montar otra Comisión para el madurito interesante. Siempre se está quejando porque cuando vienes no te traes a ninguna amiga. Está además un poco aburrido porque últimamente sólo se aparea con la almohada.

He pensado que nos podrían dejar en mi blog, algún mensaje las posibles candidatas. Si superan las pruebas pertinenentes, ya nos podremos en contacto con ellas.

El madurito interesante tiene mucho que ofrecer, pero lo más importante, lo que le hace tan especial, es ser mi amigo y compañero, por este orden. Creo que basta como prueba de calidad.

jueves, julio 26, 2007

Michel Houellebecq

Hace unos días Chucho me preguntó que libro de Houellebecq estaba leyendo.

De Houellebecq he leído ya casi todo (Ampliación del campo de batalla, Las partículas elementales, Plataforma y La posibilidad de una isla) . Es un escritor curioso, un enfant terrible francés cuyos libros son siempre polémicos, sobre todo por sus comentarios racistas y su sexo explícito, rozando en ocasiones la pornografía.


No estoy de acuerdo con muchas de sus opiniones y, sin embargo, me gusta. Sus novelas son un reflejo de la vacía sociedad comtemporánea. En la actualidad existen dos campos de batalla: el ya clásico de la lucha por el poder y uno nuevo que es la lucha por el sexo.

Muchos de los personajes de Houellebecq están obsesionados por el sexo, aunque en ocasiones también se enamoran. Pero al final siempre les espera un final atroz. Cuando consiguen una inestable felicidad, todo se desmorona. La felicidad nos llega en pequeñas dosis y tenemos que aprovecharla, porque pronto se terminará.

La sociedad de consumo nos empuja a ser kids, eternos adolescentes, si bien el tiempo nunca perdona y envejecemos. Tempus fugit.

Houllebecq es en el fondo es un existencialista cargado de pesimismo, aunque, siempre, se puede encontrar algo de ternura en sus personajes. También es posible que más que de ternura, se trate de empatía y que, en realidad, nos identifiquemos tanto con ellos porque no son más que un reflejo literaturizado de nosotros mismos.

Aunque no te guste, merece la pena leerlo. A mí tampoco me gusta el mundo en el que vivimos y todavía sigo respirando.

domingo, julio 22, 2007

Camino de la Fortaleza

Casi tuve que atravesar todo el avión para llegar al asiento número catorce. Cuando me senté, me dí cuenta de que el tipo que estaba junto a la ventanilla llevaba un pasaporte marroquí en la mano. Unos asientos más adelante, junto a la salida de emergencia una mujer discutía con las azafatas porque no le dejaban sentarse en el sitio asignado porque la acompañaba un niño pequeño. Una de las azafatas nos pidio que sí podíamos cambiarles el sitio. Me levanté sin dudarlo. Mi compañero de asiento me miraba preguntándose qué pasaba. Le indiqué por gestos que nos cambiábamos de sitio. Guardé mi bolsa en el portaequipajes. Sólo me quedé con un libro de Michel Houellebecq.

Después de despegar el avión, las azafatas pasaron con el carro de la comida. Mi compañero buscó unos euros en su bolsillo. De nuevo con gestos le expliqué que todo era gratis.

- Merci- me dijo

Continuó explicándome en francés que en el anterior vuelo sí que le cobraron dinero. Yo le pregunté qué de dónde venía.

- De Bruselas.
- ¿Belgique?
- Oui

Como no domino muy bien el francés, le pregunté que si hablaba inglés.

- Yes

Le dije que yo iba a la Fortaleza a trabajar, pero que vivía en Madrid.

- Do you go from Madrid to Fortaleza all weekends?

- No. Only one of each month.

Me explicó que era de un pueblo cerca de Nador y que trabajaba en Belgica. Iba de vacaciones a ver a su familia. De vez en cuando miraba por la ventana y nos situaba en las provincias. Córdoba. Jaen. Granada. Almería. Era un aficionado al google earth.

El viaje se me hizo muy corto, aunque no abrí el libro de Houellebecq. Ya en tierra, mi compañero me estrechó con fuerza la mano y nos deseamos buena suerte.

Como dicen en El Club de la Lucha, en los aviones todo lo sirven en raciones indiviudales. Esta ha sido mi ración individual de amistad de hoy.

miércoles, julio 18, 2007

En la ciudad de origen

Ayer estuve con D., uno de mis amigos de la ciudad de origen.

Como muchos de mis amigos, está opositando. Pronto se le acabará el suplicio. Ya ha aprobado una de las tres oposiciones a las que se ha presentado y confío en que apruebe las otras dos. Como no le apetecía salir de casa, me pidió que fuera a verlo. No estaban sus padres y quería devolverme la acogida que le di cuando me visitó en la Fortaleza.

Preparó unas tapas para comer y sacó unas cervezas que le trajo su novia P. de Bélgica. Era por la tarde. Empezamos a hablar. De literatura, de música, de cine, de las oposiciones, del amor, de la vida en general. Mientras, escuchabámos discos de jazz, de rock progresivo español de los setenta, flamenco, el Berlín de Lou Reed. Todos en vinilo. Poco a poco fue anocheciendo, pero no encendimos la luz.

- Me encanta - dijo D- Creo que eres el único tío con el que puedo estar en casa a oscuras sin que piense que soy maricón.

viernes, julio 13, 2007

Aprender a escribir

Llevo tres meses y medio en un taller de creación literaria. Estaba preparando mis oposiciones de promoción interna y como sentí que no me llenaban lo suficiente, las dejé. Algunos amigos míos a quien se lo he comentado, están convencidos de que lo de aprender a escribir es una aventura pasajera y que, en cuanto llegue a Madrid, volveré a estudiar de nuevo.

No lo sé.

Si en algún momento siento que me he equivocado, rectifico. Pero por ahora, creo que he tomado la decisión correcta. Veo a dos amigos míos que sí están preparando esas oposiciones de promoción interna y los veo muy estresados. Yo, en cambio, vivo feliz leyendo y escribiendo, soñando con que alguna vez publicaré un libro de relatos.

Ahora escribo menos en el blog. Me centro más en mis ficciones y en mis lecturas. De momento a escribir bien no sé si he aprendido, pero desde luego que he aprendido a leer mejor. Soy capaz de ver más en los textos que antes (trucos, errores, etc). Lo que sí me he dado cuenta es que escribo de una manera mucho más clara y sencilla, sin abusar tanto de la metáfora.

Me considero una persona alegre y optimista, pero casi todo lo que escribo es muy triste. Me temo que en el fondo mi alma es una lata de conservas abierta a machetazos. Durante mucho tiempo me he sentido muy solo. Necesito tanto que me den cariño, que cuando me dan, aunque sólo sea una tacita, me arranco la ropa y las pestañas y en mis manos crecen rosas que reparto por las noches.

Mi hayati es una central nuclear del amor. Un pececito de colores.
Mañana me voy a Madrid. Pasaré los fines de semana con ella burbujeando en la pecera. La quiero tanto, tanto, mucho más que tanto.

miércoles, julio 11, 2007

Yinsiyá dialik?

Trabajo a diario con musulmanes.

Esta mañana he atendido a una mujer musulmana con chilaba y pañuelo. En la Fortaleza estamos ahora mismo a unos treinta y tantos grados de temperatura. En fin. Como la veía muy nerviosa, le pregunté, pronunciando lentamente, qué le pasaba. Me contestó que le había afectado mucho el asesinato de ayer de una mujer por su ex-marido a las doce del mediodía y en una zona céntrica de la Fortaleza. La he tranquilizado, diciéndole que no se preocupe que su marido es buena gente, que lo conozco yo y que a ella no le iba a pasar nada.

- Mucho gracias - me dijo en su balbuceante español.

Naturalmente no tenía ni idea de quién era su marido ni de si se portaba bien con ella.

Una de las pocas expresiones que he aprendido en árabe es a preguntar: ¿qué nacionalidad tienes (yinsiyá dialik)? Así evito confusiones en el trato. Los musulmanes se enfandan mucho si los confundes con marroquíes cuando en realidad son, por ejemplo, ciudadanos noruegos. Ésto me pasó una vez, y me disculpé con una sonrisa, diciéndole que me perdonara ya que nunca hasta entonces había visto a un noruego y me esperaba que llevara un casco de vikingo.

A la mujer de esta mañana no se lo he preguntado, porque he comprendido que el miedo no entiende de fronteras.

domingo, julio 01, 2007

¿Vacaciones?

Esta mañana he ido con un amigo a ver el Mercado Medieval. Es el tercer año que lo veo. Siempre se coloca en el Pueblo, una ciudadela de finales del siglo XV que fue el asentamiento originario de la Fortaleza.

Como ésta ciudad es muy pequeña, allí nos hemos encontrado con una pareja amiga nuestra y con otra amiga que por libre había decidido también ir. Al final nos hemos ido los cinco a tomar unas cañas. Aparte de recordarme que me quedaba ya poco para marcharme (jajaja, qué optimistas, piensan que todo se resolverá en octubre o noviembre), me preguntaron qué tal las vacaciones.

¿Vacaciones?

No tengo conciencia de haber estado de vacaciones. Me marché un miércoles y me quedé en Madrid. El jueves por la mañana me fui a Pucela. El sábado por la mañana me marché a Zamora y volví el domingo por la tarde. El martes a las cuatro y media volví a Madrid. El miércoles por la mañana cogí el avión para regresar a la Fortaleza.

He vuelto cansado. Me ha abofeteado de pronto el calor y me ha dejado sin ganas de hacer nada.

Estamos ya en julio. Veo la tele, la operación salida y siento envidia. Dentro de trece días, me vuelvo de nuevo de vacaciones. Me marcho un sábado y me vuelvo el domingo de la semana siguiente. Quiero estar más días en Madrid, con Hayati. A ver si entonces sí que consigo desconectar.