martes, febrero 20, 2007

Amores de blog

Sé que a veces soy como una sombra que desaparece por la noche en callejones sin luz. He escrito muy poco las últimas semanas, pero necesitaba metabolizar todo lo que últimamente he vivido.

Al igual que dos blogeros a los que leo habitualmente, me he enamorado de una chica que escribe otro blog. La leía desde enero del año pasado y salvo unos cuantos comentarios en su blog y en el mío, no teníamos ningún tipo de contacto, pero en el mes de agosto uno de sus post me emocionó un montón porque me sentía muy identificado, se lo dije, me contestó, me dió su e-mail, empezamos a escribirnos, después a hablar por el messenger, y como yo me iba unos días de vacaciones, me dió su móvil para no perder el contacto, nos mandamos sms, luego hablamos por teléfono (me encantó su voz ya desde la primera vez que la oí) y al final necesitamos conocernos.

Todo empezó de la manera más inocente. Por entonces me encontraba enterrado en las profundidades de un amor frustrante que me estaba desangrando. Normalmente, salvo en los posts, soy distante y a veces hasta borde e intento parecer un poco bohemio, con ciertos rasgos de intelectual maldito. Es dificil que
me abra a los demás, y que cuente lo que ocurre en mi interior. Sólo los que me conocen muy bien, saben que en el fondo soy un sentimental, si bien ninguno de mis amigos sabe que escribo este blog. Aunque no estoy muy seguro porqué (supongo que ya necesitaba desahogarme), me desnudé sentimentalmente delante de ella desde el principio. Ella por su parte fue rompiendo todos y cada unos de los códigos de la seducción. Hizo todo lo que una mujer no debe hacer si pretende conquistar a un hombre (a la mierda todos los manuales), y apenas tres semanas desde el primer e-mail consiguió que nos besáramos por las calles de Madrid.

Desde entonces camino
sonámbulo por la vida, dejándome llevar, sin pensar apenas, limitándome a sentir y dividiendo los días entre los que estoy con ella y los que me falta para estar con ella. A veces me dice que la quiero sólo porque me hace cosas malas y como no puedo evitar ser un borde le contesto que tiene razón, pero un día, estando los dos en mi casa de la Fortaleza, lloré como un gilipollas delante suya. Sentía que ya estaba preparado para buscar la luz del otro mundo porque había conocido la felicidad, ese hada caprichosa de alas doradas y pechos desnudos que muchos piensan que se esconden en los billetes de quinientos euros.

A diferencia de los otros dos blogueros, nosotros mantenemos el anonimato. Escribo en su blog, con mi nombre de forma neutra, como si fuera uno más que la leen, y con un pseudónimo cuando quiero decirle algo más romántico. Y ella hace lo mismo en mi blog. Reconozco que a veces estoy tentado de desvelar su identidad. No sé, no sé.

¿Lo hago, no lo hago?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Joer, antes digo na...

Precioso post, me recuerda muchas cosas que he vivido. Por supuesto no iguales, pero parecidas.

Yo siempre he pensado, y además era algo que necesitaba, que cuando se ama a alguien, hay que gritarlo bien alto para que todo el mundo se entere. Lo cierto es que no se por que, por que a mi, me da lo mismo lo que los demás piensen, pero si era algo que necesitaba hacer

Yo creo que tú ya lo has gritado bien alto.

Creo que el decir o no quien es, es algo vuestro, y que debeis decidir vosotros.

Pero yo, me lo guardaria para mi

Un beso

(y acuerdate más de escribir, joio, tanto pensar en los dias que te faltan para verla... jajajaja)

Anónimo dijo...

Yo realmente seguiría así. Vuestra vida, más allá de estas letras tan bellas q dejas escritas, es vuestra. No es q tengas q ser anónimo, puesto q ya no lo serás nunca más para ella, y a los demás, creo, a todos nosotros, realmente con saber q sois felices nos basta.
Creo q algo debe de quedar sólo para vosotros.
Pero, siempre, la última palabra la teneís vosotros.
De cualquier modo, es bello ver q el mundo de internet tampoco es tan frío como dicen.
Saludos desde el Inframundo.

Anónimo dijo...

Ay querido Oren, haz lo que quieras, o lo que quiera ella , o los dos, o lo que os dicte el corazón....

Yo sé quienes soys porque sólo hace falta leer ambos blogs, igual que sabía lo de la otra pareja blogueril (lo de ellos bastante más evidente).

Compartir la felicidad es muy hermoso, con o sin nombres. Gracias por hacerlo.
Un beso

Anónimo dijo...

Ante todo gracias por hacer mención a nosotros.. Miguel y yo tb habíamos decidido mantener el anonimato pr tras superar una crisis (supongo q normal por la distancia y las dudas) nuestro amor se fortalecio y necesité gritarlo.. (y él tb) Así q le pedi permiso y lo hice, pq necesitaba q él fuese real tan real como lo q me hace sentir..
Entiendo perfectamente esa sensación de felicidad/plenitud q hace q no te importe morirte en ese momento..
Cada día es más bonito lo q escribes..
Besos grandes y tomes la decisión q tomes sé feliz.. besso

Anónimo dijo...

................Creo que las ondas cibernéticas...simplemente unieron lo que ya estaba predestinado....por toda la magia que hubo en nuestro encuentro, y por toda la magia que sigue habiendo entre nosotros....Rompí todas los códigos, normal, ya que como bien sabes, no sabía ninguno y era un desastre en esto del "amor"...
Pero contigo he aprendido y aprendo muchas cosas...y sé que no sólo tengo un amante excepcional sino tb un "Compañero" con todas las palabras...y sabes que esa palabra es muy importante para mi e implica muchas cosas.....
Te quiero, como siempre, más que ayer, pero menos que mañana.

Anónimo dijo...

Oren...
Lo primero, es muy bonito lo que escribes, tal vez porque lo he vivido y me identifico pero tu post me ha gustado especialmente
Natalia y yo empezamos como tu, aunque se nos daba mal disimular y se notaba un monton quienes eramos, la verdad. Al final lo dijimos de mutuo acuerdo y para mi ha sido un orgullo que todos lo sepan
Lo debeis decidir entre los dos, pero disfrutadlo al maximo...
un saludo despistado

Anónimo dijo...

Me duele sentir la envidia que siento... tanto amor ajeno al final me hace daño...

1beso

p.d. aunque no soy tan bruja.. me alegro de los amores ajenos...