martes, mayo 29, 2007

Historias de la Fortaleza

I

Por fin han terminado las elecciones locales. Mi relación con ellas ha sido, en principio, más bien de pasotismo. Descubrí bastante tarde que, a pesar de estar empadronado en la Fortaleza desde hace más de dos años, no me tocaba votar aquí, sino en mi ciudad de origen.

He estado alucinando además con todo lo que ha pasado por aquí. Supongo que habeis estado viendo la tele. Compras de votos, discursos de los imanes de las mezquitas pidiendo el voto, denuncias cruzadas de unos dirigentes políticos a otros. Mientras los coches electorales pasando una y otra vez por mi calle, dándome la tarde y pidiéndome un voto imposible con el megáfono.

El sábado por la noche era la jornada de reflexión. Estaba con mis amigos reflexionando (bueno, tomando unas cañas) cuando una mujer nos ofreció cincuenta euros a cambio de que votáramos a un partido.

II

Cuando esa misma noche volvía a casa con una amigo que vive en la calle de al lado, nos volvimos a encontrar con la misma mujer que nos había pedido el voto. Esta vez nos preguntaba que si no queríamos echar un polvo. No con ella, claro, sino con las prostitutas que por las noches dibujan el pasiaje de la noche con pinceladas de tristeza y amor mercenario.


III

Estamos en alerta dos. No sé muy bien lo que significa en toda su extensión. De momento, la única diferencia que noto en el trabajo es que, aparte de una mayor presencia de la Guardia Civil, ahora nos toca pasar a todos por el arco de seguridad y dejar todos los objetos metálicos en una bandeja, que pasa por el escáner.

Como ya no se puede fumar en los centros de trabajo, una compañera y yo solemos salir a echar un cigarrillo a la calle. Cada vez que volvemos a entrar tenemos que pasar de nuevo por el control de seguridad.

Un guardia, que ya es amigo nuestro, siempre nos dice que a ver cuando dejamos el tabaco. Yo siempre le contesto que lo dejaré en cuanto me vaya de la Fortaleza. A mi compañera una mañana le quitó el paquete de tabaco y sé que me lo quiere quitar a mí.

Sé que no debería tomarme lo de la alerta dos a cachondeo pero esta mañana he dejado todos los objetos en la bandeja y he pasado por el arco de seguridad. El arco pitó. Dejé en la bandeja el único objeto que no había dejado: el paquete de tabaco.

Rápidamente el guardia ha aprovechado para cogérmelo. Su cara ha pasado de la alegría a la tristeza en tanto sólo un instante: lo que tardó en abrir el paquete de tabaco y comprar que no había tabaco dentro, sino un clip gigante para que pitara en cuanto pasara por el arco.

Ha prometido vengarse.

IV

Un mendigo marroquí está ahora mismo, mientras escribo estas líneas, rebuscando en el contenedor de la basura de enfrente de mi casa. Lo oigo porque tengo la ventana abierta. Tal vez él esté escuchando el ruido de las teclas.

V

Este sábado vuelvo a Madrid para volverme a la Fortaleza el domingo. Sigo restando los días que me quedan para comprar sólo billete de ida.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y qué partido está tan desesperado que ofrece 50 euros o un polvo por voto?

Lo primero, a mí me hubiera tentado, lo confieso, porque es lo que me cuestan los cuatro cartuchos de tinta de la impresora, que tengo que reponer, y la idea de que me los paguen aquellos a quienes todos mantenemos, me seduce.

Lo otro, en fin, una no está ahora para muchos polvos, que ya me "empolvaron" bien hace 8 meses... Además, que ya se sabe; en cuestión de sexo: la mujer cuando quiere, el hombre, cuando puede.

Muy bueno lo del clip.

Feliz fin de semana. Dale un beso fuerte de mi parte a la madrileña. Y recuérdale que la/os espero en Sevilla.

Anónimo dijo...

Te acabo de descubrir y me has enganchado en cinco minutos.
Suerte con el traslado.

Terefer dijo...

Te noto tan quemado... que lo único que te puedo decir es ánimo y un abrazo fuerte.

Anónimo dijo...

Me encanta volver a este hogar y leerte... aunque me disgusta leerte "abatido"...

Anónimo dijo...

De momento, algunas historias son graciosas, otras son tristes y otras, la triste realidad.
En La Fortaleza, como en todos lados, hay pobres y perversos.
Espero q pronto el billete sea solo de ida.
Saludos desde el Inframundo.