Hace unos días Chucho me preguntó que libro de Houellebecq estaba leyendo.
De Houellebecq he leído ya casi todo (Ampliación del campo de batalla, Las partículas elementales, Plataforma y La posibilidad de una isla) . Es un escritor curioso, un enfant terrible francés cuyos libros son siempre polémicos, sobre todo por sus comentarios racistas y su sexo explícito, rozando en ocasiones la pornografía.
No estoy de acuerdo con muchas de sus opiniones y, sin embargo, me gusta. Sus novelas son un reflejo de la vacía sociedad comtemporánea. En la actualidad existen dos campos de batalla: el ya clásico de la lucha por el poder y uno nuevo que es la lucha por el sexo.
Muchos de los personajes de Houellebecq están obsesionados por el sexo, aunque en ocasiones también se enamoran. Pero al final siempre les espera un final atroz. Cuando consiguen una inestable felicidad, todo se desmorona. La felicidad nos llega en pequeñas dosis y tenemos que aprovecharla, porque pronto se terminará.
La sociedad de consumo nos empuja a ser kids, eternos adolescentes, si bien el tiempo nunca perdona y envejecemos. Tempus fugit.
Houllebecq es en el fondo es un existencialista cargado de pesimismo, aunque, siempre, se puede encontrar algo de ternura en sus personajes. También es posible que más que de ternura, se trate de empatía y que, en realidad, nos identifiquemos tanto con ellos porque no son más que un reflejo literaturizado de nosotros mismos.
Aunque no te guste, merece la pena leerlo. A mí tampoco me gusta el mundo en el que vivimos y todavía sigo respirando.
De Houellebecq he leído ya casi todo (Ampliación del campo de batalla, Las partículas elementales, Plataforma y La posibilidad de una isla) . Es un escritor curioso, un enfant terrible francés cuyos libros son siempre polémicos, sobre todo por sus comentarios racistas y su sexo explícito, rozando en ocasiones la pornografía.
No estoy de acuerdo con muchas de sus opiniones y, sin embargo, me gusta. Sus novelas son un reflejo de la vacía sociedad comtemporánea. En la actualidad existen dos campos de batalla: el ya clásico de la lucha por el poder y uno nuevo que es la lucha por el sexo.
Muchos de los personajes de Houellebecq están obsesionados por el sexo, aunque en ocasiones también se enamoran. Pero al final siempre les espera un final atroz. Cuando consiguen una inestable felicidad, todo se desmorona. La felicidad nos llega en pequeñas dosis y tenemos que aprovecharla, porque pronto se terminará.
La sociedad de consumo nos empuja a ser kids, eternos adolescentes, si bien el tiempo nunca perdona y envejecemos. Tempus fugit.
Houllebecq es en el fondo es un existencialista cargado de pesimismo, aunque, siempre, se puede encontrar algo de ternura en sus personajes. También es posible que más que de ternura, se trate de empatía y que, en realidad, nos identifiquemos tanto con ellos porque no son más que un reflejo literaturizado de nosotros mismos.
Aunque no te guste, merece la pena leerlo. A mí tampoco me gusta el mundo en el que vivimos y todavía sigo respirando.
4 comentarios:
BUeno, sera cuestión de aprobar las que tengo para septiembre, y leerlo antes de que empiece el curso. Me lo apunto!!
Pero si el tio es sexista y racista, no se yo si no me altero.
Un beso
Pero siempre hay cosas y personas que hacen que merezca la pena seguir respirando...
Vaya con el tipejo... un polemico! qué listo, todo por la venta de los libros!, jajaja
1beso
No conozco yo ningún libro de este autor (sinceramente, no conocía ni siquiera el nombre del autor, perdón por mi incultura); pero bueno, será cuestión de buscar alguno y ver como es su redacción.
Gracias por la recomendación.
Saludos desde el Inframundo.
Vaya, qué respuesta más larga!
A mi me falta Plataforma por leer, aunque con el que más he disfrutado ha sido con La Posibilidad de una Isla (¿sabías que él mismo está rodando en España una película sobre su libro?).
Me encanta cómo a través de los personajes se dedica a disparar contra todo lo que se mueve en la sociedad actual.
En fin, que tenemos un autor en común.
Publicar un comentario