Llevo tres meses y medio en un taller de creación literaria. Estaba preparando mis oposiciones de promoción interna y como sentí que no me llenaban lo suficiente, las dejé. Algunos amigos míos a quien se lo he comentado, están convencidos de que lo de aprender a escribir es una aventura pasajera y que, en cuanto llegue a Madrid, volveré a estudiar de nuevo.
No lo sé.
Si en algún momento siento que me he equivocado, rectifico. Pero por ahora, creo que he tomado la decisión correcta. Veo a dos amigos míos que sí están preparando esas oposiciones de promoción interna y los veo muy estresados. Yo, en cambio, vivo feliz leyendo y escribiendo, soñando con que alguna vez publicaré un libro de relatos.
Ahora escribo menos en el blog. Me centro más en mis ficciones y en mis lecturas. De momento a escribir bien no sé si he aprendido, pero desde luego que he aprendido a leer mejor. Soy capaz de ver más en los textos que antes (trucos, errores, etc). Lo que sí me he dado cuenta es que escribo de una manera mucho más clara y sencilla, sin abusar tanto de la metáfora.
Me considero una persona alegre y optimista, pero casi todo lo que escribo es muy triste. Me temo que en el fondo mi alma es una lata de conservas abierta a machetazos. Durante mucho tiempo me he sentido muy solo. Necesito tanto que me den cariño, que cuando me dan, aunque sólo sea una tacita, me arranco la ropa y las pestañas y en mis manos crecen rosas que reparto por las noches.
Mi hayati es una central nuclear del amor. Un pececito de colores. Mañana me voy a Madrid. Pasaré los fines de semana con ella burbujeando en la pecera. La quiero tanto, tanto, mucho más que tanto.
No lo sé.
Si en algún momento siento que me he equivocado, rectifico. Pero por ahora, creo que he tomado la decisión correcta. Veo a dos amigos míos que sí están preparando esas oposiciones de promoción interna y los veo muy estresados. Yo, en cambio, vivo feliz leyendo y escribiendo, soñando con que alguna vez publicaré un libro de relatos.
Ahora escribo menos en el blog. Me centro más en mis ficciones y en mis lecturas. De momento a escribir bien no sé si he aprendido, pero desde luego que he aprendido a leer mejor. Soy capaz de ver más en los textos que antes (trucos, errores, etc). Lo que sí me he dado cuenta es que escribo de una manera mucho más clara y sencilla, sin abusar tanto de la metáfora.
Me considero una persona alegre y optimista, pero casi todo lo que escribo es muy triste. Me temo que en el fondo mi alma es una lata de conservas abierta a machetazos. Durante mucho tiempo me he sentido muy solo. Necesito tanto que me den cariño, que cuando me dan, aunque sólo sea una tacita, me arranco la ropa y las pestañas y en mis manos crecen rosas que reparto por las noches.
Mi hayati es una central nuclear del amor. Un pececito de colores. Mañana me voy a Madrid. Pasaré los fines de semana con ella burbujeando en la pecera. La quiero tanto, tanto, mucho más que tanto.
8 comentarios:
Cosas buenas, cosas positivas, cosas alegres... me gustan...haces que vea el mundo de color de rosa, que todo sea posible. Gracias!
1beso y feliz estancia en los madriles.
es una alegría volver despues de tanto tiempo y encontrar que sigues escribiendo... :)
besos del bomboncito neurótico :**
http://otroblogmas.blogspirit.com
Di que si, si es lo que quieres es lo que tienes que hacer, para rectificar ya habrá tiempo
AH que te vienes a los Madriles??? pues preparate que no veas que calor!!!
Un beso
Una central nuclear del amor!
Qué afortunado!!
Espero que esa pecera en la que vivis los dos, esté siempre llena, llenita de vuestro amor.Un abrazo fuerte. Cuidame a la niña, que se lo merece.
Pues adelante con tu decisión. Quizá sea la acertada o quizá te equivoques, pero si no te arriesgas nunca sabrás si era la correcta.
Saludos desde el Inframundo.
Quiza escribas cosas tristes, pero da gusto leerlas, pues muchas veces la vida es triste, y mas si no tenemos la suerte de haber encontrado una hayati en nuestra vida.
Una vez vi a mi hermano menor llorar desesperadamente. La chica a la que amaba había acabado la relación. El motivo, según ella, que mi hermano daba demasiado y eso la agobiaba.
Cuando Hayati me contaba sus fracasos amorosos yo siempre le decía que tenía el radar estropeado. Elegía mal, tipos a los que su capacidad de amar les venía grande y les resultaba incomprensible. Tal como eligió mal mi hermano aquella vez.
Una pareja ha de estar formada por piezas que encajen, donde lo que se tiene para dar coincida con lo que el otro necesita y valora.
Cuando hablas de tu necesidad de cariño, me confirmas lo que yo presentía. Que sois tal para cual. Y no sabes lo que me alegra que os hayáis encontrado.
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