La Fortaleza quince de marzo del dos mil siete
Amor mío:
Si hoy me pasaras el dedo por la piel, te lo mancharía de tristeza.
Siento que debo irme. Ha llegado la patada en el culo del presente. Mi tiempo en La Fortaleza ya se ha acabado. Las ninfas y los duendes que me acompañan, se vuelven de nuevo a la Ciudad a columpiarse en los semáforos y a comprar de rebajas en el Corte Inglés. Me ahogo: cierro los ojos y las líneas negras del futuro convergen ante mí. Me doy miedo, me estoy convirtiendo en lo que no quiero. Soy un nómada que se ha comprado una casa en el primer lugar al que ha llegado porque ha vendido sus camellos en el zoco. Mi único motivo por el que merecería la pena continuar aquí es porque me parece el camino más cómodo.
Aquí lo tengo casi todo (me faltas tú) y creo que apenas tengo nada. Mis bolsillos están llenos de arena y la nevera de piedras. Soy una vela ardiendo sola en medio del desierto que no para de contar estrellas, una geisha que está olvidando su educación y dice tacos lejos de la Corte imperial, una paloma mensajera avergonzada porque ha perdido el mensaje de la patita, una madrágora con silueta de niño que han arrancado del suelo y que no para de gritar.
Últimamente me sorprendo a mí mismo, haciendo comentarios negativos de la Fortaleza, maldiciendo su doble cara (una mirando al mar, otra mirando a Marruecos), que me está partiendo en dos. La lógica de los números y las cuentas corrientes me dice que me quede, pero mi corazón está ardiendo como un bidón de gasolina junto al que los mendigos beben vino barato. Quiero correr pero mis piernas se enredan en la sirga de la alambrada.
Te echo mucho de menos, miguita de pan, casita de chocolate, bolita de algodón, angelito constipado, pero no es por tí por lo que quiero marcharme.Tú me indicas el destino, pero no el camino. No puedo evitarlo: soy un ser anónimo de ciudad, un tiradete de barrio, un número más en las estadísticas de las calles, una pintada en los cuartos de baño de la Universidad, que si no se va, firmará el parte de defunción de sus sueños. Aún me quedan unos cuantos meses en la Fortaleza, en los que haré las paces con ella, pero si me quedo mucho más sé que me escupirá a la cara.
No quiero que te hagas ilusiones, no quiero prometerte nada. Quizá mañana cambie de opinión. Siempre iré donde me lleve el viento.
Siento que debo irme. Ha llegado la patada en el culo del presente. Mi tiempo en La Fortaleza ya se ha acabado. Las ninfas y los duendes que me acompañan, se vuelven de nuevo a la Ciudad a columpiarse en los semáforos y a comprar de rebajas en el Corte Inglés. Me ahogo: cierro los ojos y las líneas negras del futuro convergen ante mí. Me doy miedo, me estoy convirtiendo en lo que no quiero. Soy un nómada que se ha comprado una casa en el primer lugar al que ha llegado porque ha vendido sus camellos en el zoco. Mi único motivo por el que merecería la pena continuar aquí es porque me parece el camino más cómodo.
Aquí lo tengo casi todo (me faltas tú) y creo que apenas tengo nada. Mis bolsillos están llenos de arena y la nevera de piedras. Soy una vela ardiendo sola en medio del desierto que no para de contar estrellas, una geisha que está olvidando su educación y dice tacos lejos de la Corte imperial, una paloma mensajera avergonzada porque ha perdido el mensaje de la patita, una madrágora con silueta de niño que han arrancado del suelo y que no para de gritar.Últimamente me sorprendo a mí mismo, haciendo comentarios negativos de la Fortaleza, maldiciendo su doble cara (una mirando al mar, otra mirando a Marruecos), que me está partiendo en dos. La lógica de los números y las cuentas corrientes me dice que me quede, pero mi corazón está ardiendo como un bidón de gasolina junto al que los mendigos beben vino barato. Quiero correr pero mis piernas se enredan en la sirga de la alambrada.
Te echo mucho de menos, miguita de pan, casita de chocolate, bolita de algodón, angelito constipado, pero no es por tí por lo que quiero marcharme.Tú me indicas el destino, pero no el camino. No puedo evitarlo: soy un ser anónimo de ciudad, un tiradete de barrio, un número más en las estadísticas de las calles, una pintada en los cuartos de baño de la Universidad, que si no se va, firmará el parte de defunción de sus sueños. Aún me quedan unos cuantos meses en la Fortaleza, en los que haré las paces con ella, pero si me quedo mucho más sé que me escupirá a la cara.
No quiero que te hagas ilusiones, no quiero prometerte nada. Quizá mañana cambie de opinión. Siempre iré donde me lleve el viento.
10 comentarios:
........Nunca te presionaré, en esta decisión, lo sabes...Sé que eres tú quien guia "la Nave de tus sueños"...Te conocí siendo su capitán y quiero que lo sigas siendo...,y iendo allí donde te lleven los vientos,.....
Un beso inmenso. TQ.
Bueno, volar lejos de lo q te hace mal es una buena cosa. Pero a lo mejor, llega un momento en el q hay q echar raíces. Ahora algo más te une a la Ciudad.
Pero, un día La Fortaleza te gustó asi q no te vayas odiándola.
Saludos desde el Inframundo.
Te leí esta tarde, en cuanto publicaste, pero me pareció mejor dejar que el primer comentario lo hiciera la destinataria de la carta.
Yo me pasé años sin querer reconocer que era infeliz. Ir contra la corriente de mis sentimientos me destrozó por dentro. Me costó tánto tomar la decisión de dejar atrás mi profesión, mi carrera, proyectos por los que había luchado durante años... Me asustaba la idea de ser vista como una fracasada, o de sentirme yo misma como tal. Pero es que me estaba asfixiando. Me pasaba la vida fantaseando con la idea de alejarme de todo aquello y empezar de cero.
Hacerlo fue de las mejores cosas que he hecho en mi vida.
Cuesta. Hay que echarle un par. Al principio es duro. Pero vale la pena.
Sigue los dictados de tu corazón. No te arrepentirás.
Un beso enorme
Querido Oren,
Seguro que lo encuentras. Tu lugar, tu camino, tus maneras.
Sé feliz.
Besos
A veces las distancias físicas y la soledad hacen que deliremos...pero cuando llega la mañana... las cosas se ven con otro color.
Parafraseando a Alicia, tu corazón no debe ser un mal GPS, si no todo lo contrario.
1beso
Pero que maravilla volver a reencontrarte.. me gustaba leer tus maravillosas palabras.Espero no volver a perderte. Un beso fuerte desde tú Pucela querida; ah! y gracias por tus palabras de aliento. Cambié de blog para evitarme disgustos, no merece la pena. Hasta muy pronto.
Si, si se lo merecía. Eso y masm, pero hemos llegado a la coclusion de que mejor cada uno por su lado.
Gracias por pasar y comentar. Creo que ytu estas viviendo una sitaución similar a la mia. ESpero que te vaya muuuuuu bien, casí mejor que a mí. que aunque no me quejo, me duele.
Saludos y nos leemos si tu quieres.
Siempre he creido que todo es aprender, quizás lo que tengas que aprender de la fortaleza sea precisamente aquello que captes cuando la abandones, no se puede ir contra los sueños por mucho tiempo, los sueños son el alimento de la vida.
Un beso enorme
Pues el viento hoy parece que te va a traer a mi isla redonda... gran parte de tu arena ya ha llegado.
También yo pienso que me he convertido en lo que no quiero ser. Algo nos arrastra.
Abrazo
Siempre preferí los silencios a las promesas sin cumplir :)
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